miércoles, 15 de marzo de 2017

Corresponsabilidad y conciliación

Es lamentable y tristemente cierto: con esta tarea me acabo de llevar una fuerte bofetada de la realidad que me rodea, y es que a día de hoy no conozco a nadie que viva en un sistema perfecto de corresponsabilidad y conciliación. Conozco a personas que dicen ayudar a otras en determinadas tareas -como si no fueran también responsabilidad suya-, o a otras que temporalmente y por razones excepcionales se han ocupado de algunas cosas que venían haciendo sus parejas pero que han seguido dejando la mayor parte de la carga en ellas. 

Ni familiares ni conocidos, ni en el pueblo ni en la ciudad, ni veinteañeros ni de mediana edad; hoy por hoy no conozco ningún caso en el que la mujer no lleve las tareas que tradicionalmente se le han asignado. Es desolador, en mi entorno una utopía.

Parece que muchos se niegan a avanzar en la materia, como si supusiera tan sólo un beneficio para las mujeres -que no es decir poco-, cuando es una mejora para todas las personas, para las empresas y para la sociedad en general.


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