El lenguaje es la herramienta que utilizamos para expresar nuestros sentimientos, nuestras ideas y nuestra forma de ver el mundo; a veces no somos conscientes de la evolución de las palabras ni de la historia que tienen detrás, así como tampoco nos damos cuenta de todo lo que representan, y es que lo que no se nombra no existe.
Es por ello que el tema que nos ocupa es tan importante: los duales aparentes son aquellas palabras que según su género gramatical cambian su significado, y los vocablos ocupados son aquellos términos cuyo género complementario posee otro significado distinto.
Observamos -tristemente acostumbradas ya- que de una manera u otra las mujeres salimos perdiendo -una vez más- en lo que al lenguaje se refiere. Es increíble ver cómo una palabra tiene connotaciones positivas en su forma masculina y cómo ésta pasa a ser una manera más de minusvalorar a las mujeres e incluso constituir un insulto cuando se usa en su forma femenina. Un ejemplo de tantos sería el siguiente:
- Secretario: se emplea para designar a un hombre que ocupa un alto cargo de la Administración.
- Secretaria: se usa para referirse a una mujer que se dedica a tareas subalternas.
Es necesario y de vital importancia darle al lenguaje la importancia que se merece, porque el lenguaje conforma realidades y las transforma, y ya que la sociedad no parece ser consciente de ello nos toca a las mujeres liderar esta lucha que va de la mano con la igualdad real y efectiva.
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